El acuerdo de la casta política para un nuevo proceso constituyente debiera sincerarse y reconocerse como francamente “prostituyente”, pues este “acuerdo por Chile”, como se autodenomina, asegura que su rumbo no pueda desviarse del irrestricto respeto a las ideas centrales del neoliberalismo, colocando para ello un marco supra constitucional inviolable.
Firmado transversalmente desde la derecha hasta el Partido Comunista, para dichos objetivos se eligieron 14 árbitros que harán el papel durante el proceso de cuasi “tribunal constitucional”. Además, en este fraude, designaron a 24 expertos en el congreso, entre ellos muchos defensores del actual sistema, en palabras francas, expertos en “cagarnos”.
Esta semana estos expertos empiezan su funcionamiento para entregar las bases de la “nueva constitución” a 50 consejeros que serán electos el 7 de mayo, y que saldrán de las listas presentadas por los partidos políticos, donde los independientes no tuvieron posibilidad de participar.
El llamado Consejo Constitucional estará formado por los 24 designados que presentan una pre-propuesta constitucional, los 50 electos por el sistema electoral, sin participación de independientes y tutelado si fuese necesario, por los 14 “árbitros”, que velarán porque la propuesta no se salga del acuerdo marco de los partidos legales en el parlamento.
Y propondrán a finales de año una nueva constitución donde la ciudadanía dirá sí o no, casi como un consumidor o televidente, sin que ningún ciudadano o ciudadana pueda debatir desde sus organizaciones sociales el Chile que quiere. Y si llegara incluso a poder hacerlo, sus ideas se las podrá presentar únicamente a estos verdaderos “patricios” que decidirán si escuchan o no la propuesta plebeya.
Asistimos sin duda, a un ACUERDO SIN CHILE, a un engendro para violar la soberanía nacional y popular, a un golpe constitucional, una afrenta a la razón, un proceso que no cumple las normas mínimas que puedan abrir la posibilidad de un pacto social respetable.
El Acuerdo sin chile, es un pacto entre los grupos económicos, las transnacionales que quieren asegurar el modelo económico que les ha permitido saquear Chile y la casta política que no quiere perder sus privilegios, incluida aquella que, sin vergüenza, todavía levanta sus puños en señal de supuesta rebeldía.
Por tanto, quieren asegurar, desde la legalidad, que no se puedan hacer transformaciones económicas al modelo neoliberal y que no se pueda implementar cambios en favor de una democracia participativa y directa. Ni soberanía nacional ni soberanía popular, son las improntas que quieren evitar a toda costa.
Los Bilbainos, enfocados en un camino de liberación, consideramos que se pueden y deben desarrollar distintas formas de acción colectiva que ayuden a la organización y el bienestar social.
Estuvimos por el APRUEBO en el proceso pasado, pero frente a este contubernio neoliberal en curso llamamos a ANULAR el voto el 7 de mayo, marcando más de una de las opciones y colocando ASAMBLEA CONSTITUYENTE Y SOBERANA en la papeleta.
Y, por supuesto, convocamos a desarrollar un proceso de movilizaciones y protesta social en el 2023, para RECHAZAR la propuesta de “nueva constitución” de los patrones y políticos sistémicos.
Que el pueblo anule, se movilice y luego rechace, tiene un requisito adicional, y es que sea desde las organizaciones sociales que se dan los pueblos, se levanten las demandas populares y la exigencia de una verdadera Asamblea Constituyente Soberana, sin tutelajes de ningún tipo.
El próximo 1 de mayo, a días la votación de los consejeros constituyentes, tiene que ser una gran expresión de rechazo al fraude constitucional, junto al apoyo de las demandas sociales y sindicales que levanta la Central Clasista de Trabajadoras y Trabajadores.
Y con estas demandas históricas, llamamos a mantener el espíritu transformador de octubre del 2019, aquel que movilizó a millones por cambios de fondo y en contra de quienes han convertido a Chile un país gobernado por corruptos, mentirosos y avaros, en un país que vive en la injusticia social, en la inseguridad ciudadana. Un país dependiente del imperio norteamericano, donde no hay sueldos, ni pensiones dignas, no hay salud y educación decente para el grueso de población.
Sin soberanía popular no hay sociedad justa, sin soberanía nacional no hay patria libre.
Desde la organización social, rebélate contra los corruptos, mentirosos y avaros.
Colectivos Francisco Bilbao.
Marzo 2023.